En el marco del evento Argentina Cobre 2025, inaugurado los días 4 y 5 de agosto en San Juan, Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), compartió su diagnóstico: el sector cuprífero argentino ha entrado en una fase decisiva.
A su vez, Cacciola calificó al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) de “imprescindible” para desbloquear inversiones en cobre.
Desde su implementación en octubre de 2024, solo el proyecto Los Azules solicitó oficialmente su adhesión: USD227 millones en etapa de factibilidad y un total estimado de USD2.700 millones con construcción prevista en 2026.
Según la Conferencia Mundial del Cobre (CRU), el RIGI puede llevar la carga impositiva efectiva desde aproximadamente 47% hasta 38%, superando a Chile y Perú en competitividad fiscal. La aprobación de BHP+Lundin para su proyecto Vicuña representaría una segunda adhesión cuprífera en marcha, con presentación prevista tras la conferencia.
También, Cacciola insistió en que el verdadero desafío no es geológico, sino logístico. Destacó que minas longevas como El Teniente (Chile, 1904) y Chuquicamata (1915) operan hace más de un siglo gracias a infraestructura robusta y visión estratégica. Argentina debe apuntar a ensamblar ese «rompecabezas» de infraestructuras hoy si desea asegurar 50 años de actividad minera.

Ejemplos emergen: desde proyectos como Taca Taca, con USD3.500 millones en inversión programada, cuya viabilidad depende de obras clave como corredores bioceánicos y gasoductos interprovinciales.
También el proyecto Gualcamayo, con inversiones complementarias en energía solar, exige conectividad regional para abastecer zonas mineras.
Un informe de CRU sobre cinco proyectos clave —Los Azules, El Pachón, Josemaría, MARA y Taca Taca— proyecta ingresos acumulados para Argentina por más de USD47.000 millones entre 2026 y 2040, equivalentes a la deuda histórica con el FMI. También estiman un flujo anual promedio de USD4.000 millones entre 2031 y 2040.
Josemaría y Filo del Sol, actualmente en desarrollo conjunto bajo Vicuña Corp. (BHP+Lundin), extenderían la vida útil del yacimiento a 25 años y podrían representar una segunda solicitud al RIGI en 2026.
Mano de obra y desarrollo local
Roberto Cacciola fue categórico: la prioridad debe ser empleo argentino con mínima dependencia de mano extranjera. Además resaltó que el desarrollo del capital humano es central, especialmente formación técnica especializada y programas inclusivos, como Women in Mining Argentina.
Desde CAEM enfatizan que sin capacitación y proveedores locales, la minería crecerá sin generar encadenamientos productivos ni legitimación social.
Sin embargo, el éxito dependerá de la sincronización entre incentivos fiscales, obras de infraestructura, desarrollo de capacidades locales y gobernanza federal. Si estos factores se combinan con claridad y cooperación pública privada, la Argentina podrá construir un sector minero estructural, innovador y sostenible para las próximas décadas.
Con información de LMNeuquen